Comimos en el Brasa y leña del Gran Plaza 2

La franquicia Brasa y leña es bastante conocida últimamente, están abriendo bastantes locales. El sistema de comida es un buffet de carnes típico de Brasil denominado rodizio, en el que pagas una cantidad fija y los camareros te traen diferentes tipos de carnes en una especie de pinchos donde se asan directamente las carnes, y te cortan tiras de la carne directamente a tu plato. Se parece, digamos, a los sistemas de asado que se ve en los kebabs.

Tienen dos tipos de menús principales, el Silver por 9,95€ y el Gold por 12,90€ (los precios en fin de semana aumentan a 13,90€ y 15,90€ respectivamente), y disponen de un tipo infantil hasta 1,40m por 6,95€. Las bebidas, postres y pan no están incluídos en el menú, aunque sí los acompañamientos. Los acompañamientos pueden ser ensalada, frijoles, patatas fritas, arroz o plátano frito. Te los sirven nada más te sientas y puedes repetir.

La decisión de tomar un menú u otro depende del número de carnes diferentes que te van a servir, no la cantidad de carne que vas a comer que te aseguro que vas a terminar totalmente saciado independientemente del apetito con el que vayas. Tendrás 10 tipos de carne en el Silver, y 20 en el Gold. No puedo decir para los niños porque no hemos ido acompañados en esta ocasión de uno.

Los camareros se preocupan de ofrecerte continuamente bebidas que luego te facturaran aparte, con lo que hay que tener ojo con ello para que no se te dispare la cuenta, ya que no estamos en un buffet tradicional y nos podemos dejar llevar por la sensación «todo incluído». De hecho, nos equivocamos con la manera de ofrecernos según nos sentábamos un cocktail de la casa, con alcohol o sin él, creyendo que era cortesía de la casa… error.

La carne viene de una manera desordenada, es decir, no hay una cadencia que haga que fluyan contínuamente las carnes. Lo mismo vienen muchos tipos de carne muy seguidas, que te tiras 5 minutos esperando que venga alguna otra mientras ya has terminado con el plato. Eso te genera una sensación incómoda. La calidad tampoco es para tirar cohetes: no está mal, pero tampoco en un argentino. Hay carnes que están mejor que otras, a nososotros nos gustó la panceta con miel, la entraña y la costilla de cerdo aromatizada.

La factura final dista mucho de parecerse a los 9,95€ originales, más bien con un par de bebidas (que te las tomas por la cantidad de comida que comes) y si ya le pones un postre, está más cerca de los 15€ por persona, así que si lo que vas buscando es precio y comer hasta que revientes es más recomendable otro buffet.